Vayan y digan lo que han visto y oído
Avanzamos en el itinerario de preparación para la llegada de nuestro Señor Jesucristo, con el fin de reavivar cada día esas virtudes necesarias en todo cristiano, como
Avanzamos en el itinerario de preparación para la llegada de nuestro Señor Jesucristo, con el fin de reavivar cada día esas virtudes necesarias en todo cristiano, como la esperanza, la fidelidad y el amor. Por eso el llamado a que no nos sintamos desalentados ni derrotados, sino que estemos llenos de alegría y esperanza en que pronto llegará el Salvador del mundo entero, y que veamos en Él a quien hemos estado esperando para que se cumplan las Escrituras, y así podamos seguir construyendo una Iglesia sólida y coherente con la presencia viva de Cristo.
El profeta Juan, desde la cárcel, envía a sus discípulos a preguntarle a Jesús si Él es el que había de venir, o si hay que esperar a otro (cf.Mt.11,3), y Jesús les responde: “Vayan y díganle lo que han visto y oído… los ciegos ven, los cojos caminan, los sordos oyen, etc…” (cf.Mt.11,4; Is.35,5-6). En Jesús se da el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento y, por eso, Él da respuesta con su ejemplo y con una práctica concreta de su misión, por medio de sus milagros y signos, y teniendo como destinatarios privilegiados a los más desamparados, pobres y excluidos de la sociedad.
Sabiendo que los pasajes mesiánicos, en el Antiguo Testamento, ya habían anunciado los beneficios que traería consigo el Mesías, cada cristiano, como hijo de Dios, debe estar atento a los signos de los tiempos, pues en ellos el Señor se manifiesta y da a conocer su voluntad. Pidamos al Señor la fuerza, la esperanza, la fidelidad y el amor para seguir los pasos de Jesús, y así poder optar por los pobres, los excluidos y las víctimas de la violencia.