Sucesos - 22/10/12 - 04:12 PM

Una mentirita para divertirse

Los niños de 10 y 11 años, a los que supuestamente se los había comido un cocodrilo, fueron ubicados vivos y sanos. Todo se

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William SalaCrítica /

Los niños de 10 y 11 años, a los que supuestamente se los había comido un cocodrilo, fueron ubicados vivos y sanos.

Todo se trató de una mentira que inventaron los tres artífices de la historia, ya que los dos desaparecidos querían “divertirse”.

Después de ocho días en incertidumbre se informó la mañana de ayer, viernes, que se encontraban en la Casa Hogar Metro Amigo, explicó el padre y tío de uno los menores, Isidro Rengifo, de 30 años.

Los Rengifo recibieron la información a través de una tía, quien tiene un amigo en el Juzgado de Niñez y Adolescencia.

Los menores fueron retenidos por unidades de la Policía de Niñez el 10 de octubre en Calle 50, cuando transitaban con rumbo desconocido.

Isidro admitió ayer-mientras esperaba en el juzgado conocer quién se quedaría con la custodia de los menores-que la familia debe tener mayor cuidado con los niños.

El obrero, quien trabaja en una empresa subcontratista para la ampliación del Canal de Panamá, cuestionó por qué las autoridades no avisaron que estaban vivos, evitando de esa forma el dolor ocasionado y el despliegue de búsqueda.

Una fuente del juzgado explicó que los niños dieron sus datos generales, falsos.

Uno de ellos dijo llamarse Enrique, nombre que su padre le había cambiado hace más de seis años, informó Isidro; por eso no relacionaron los casos hasta que un funcionario los reconoció, pues habían estado en esa dependencia-en lo que va del año-en tres ocasiones. La familia guardaba la esperanza de quedarse con la custodia, pero el juzgado decidió enviarlo a la casa hogar hasta que exista una persona responsable que asuma la tutoría de los menores.

Mentirita

El mayor de los niños explicó que ellos inventaron la historia (la cual sustentó él de 9 años) con la intención de “pasarla bien, un rato de diversión”.

Hogar desintegrado

Los padres del niño de 10 años se separaron cuando el menor tenía dos meses de nacido. Desde entonces el niño ha estado bajo la tutela de su abuela. Ninguno de los familiares asume la responsabilidad sobre la desaparición.


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