El 16 de diciembre de 1985 fue asesinado Paul Castellano, el máximo jefe de la Familia Gambino, una de las organizaciones mafiosas italianas más poderosas de la ciudad de Nueva York. A Castellano lo acribillaron dentro de su auto frente a una parrillada en Manhattan. La orden de asesinarlo fue dada por uno de sus subalternos, John Gotti, quien luego se convirtió en la cabeza de la Familia Gambino.