Messi, gracias por tanto fútbol

Pongamoslo en el orden que queramos, ganar, sufrir, gozar, es impensado todo lo que nos dio esta final; emociones inentendibles para cualquiera de nuestros sentidos.

Lejos a unos 12,086 kilómetros de distancia, donde la arena entra a los ojos, Argentina se los enjugó con lágrimas, a fuego sagrado.

Es impensado. Catar, un país con tantas restricciones, culturales y sociales, será inolvidable, porque allí se jugó la mejor final de la historia de los mundiales y allí, en un gol por gol contra Francia, la camiseta ‘albiceleste’ volvió a ganar el título y le regresó el trofeo a Suramérica tras veinte años.

El "Mesías" encontró el eslabón perdido, ya tiene lo que tanto anhelaba y los millones de argentinos explotaron el corazón, tras más de 120 minutos de sufrimiento y angustia

La ilusión argentina de fútbol brillaba, con ingredientes tangibles, convicción y coraje. En la cancha la Scaloneta, estaba de paseo, predominaba la idea, corto para marcar y ancho para atacar.

En todas las líneas y orden por orden dominaban, los albicelestes hasta dando pena ajena; con buena lectura del anticipo, anulando a Giroud, Mbappe y Dembele y Grizmaan, fue desteñido, no se notaron, quedaron en blanco y negro.

El segundo gol, fue una orquestación hermosa, toca y muévete, para dejar al "Flaco" con ventaja. Todo arranca desde el grito...del entrenador y la obediencia del grupal al pie de la letra.

Los de la tierra del tango, el mate y la buena carne, escondieron la pelota y esperaban el pase preciso. Deschamps buscó varios duelos, para vencer a Tagliafico, Macalister, De Pool y Otamendi que estaban intratables

Se escribía, una obra por el momento con el guión más macabro. Los argentos dominaron a placer a los galos. Messi en su esplendor, acompañado por todo el albur de Di María.

Y llegaron los minutos claves, todos emocionales... con la intensidad y el cansancio Mbappe encontró los resquicios y dio el 2-2, comenzaba otra etapa de desconsuelo y nervios. Al término de los '90, todo era igual con paridad.

Este un deporte indomable... el fútbol te da, te quita y te da, aquella definición del alemán Mario Götze en tiempo suplementario del 2014, en el Maracaná murió para que renazca, una nueva ilusión de fútbol argentino: el 4-2 por penales ante la Francia que no se lleva más la corona (bicampeón), pero que presenta al nuevo ‘Rey’ del fútbol, el extraordinario Kylian Mbappé, con apenas 23 años.

Que fascinante duelo Messi-Mbappé. Ganó la pelota, ganaron los dos, ganamos nosotros y ganó el universo. Dos goles el primero y tres goles el segundo. Ambos acertaron en la tanda de definición y guiaron sus ejércitos: ¡qué más pedirles!

Con sed de gloria, heroico, estoico, admirable, Messi ‘quemó todas las naves’ con 35 años, pero dejó un legado imborrable que reconocerán en otras vidas, en mundo paralelos, ¡no llores más nunca por mi Argentina!